lunes, 5 de septiembre de 2011
LOS FABULOSOS CASINOS
Aunque existen desde hace algunos años, en nuestro país son muy recientes. Según expertos en legislación están fuera de la ley, pero de un día a otro... los permitieron y crecieron como una plaga, sin control. A diferencia de Las vegas, en nuestro país los atractivos destinos turísticos naturales son suficientes para captar el turismo nacional y mundial-si no fuéramos cada vez un país más inseguro-, pero a diferencia de Las Vegas, que son un atractivo turístico mundial, los casinos en México son la atracción y la novedad principal pero para sus habitantes, no para los turistas –los de sus países de origen son mejores-.
Los mexicanos, como "niños con juguete nuevo" frenéticamente se lanzan maravillados, con pocos o muchos recursos económicos, con tal de sentir la adrenalina del nuevo vicio: el juego de apuestas. Aquellos quienes siempre soñaron con ganar dinero fácil... llegó su momento. De todos los niveles socio económicos, asisten deslumbrados por las pobres instalaciones -comparadas con los casinos de Las Vegas- a perder su dinero al igual que lo harían allá. Recuerda que: "La casa nunca pierde".
Cualquiera podría argumentar: "cada quién sabe qué hace con su dinero." Pero el problema con los juegos de apuesta, es que aquí en México como en cualquier casino del mundo, la gente hace lo que sea por ganar dinero.
Y todos sabemos hasta donde puede llegar el ser humano en su ambición. Puede llegar a apostar lo que no tiene o a perder todo lo que tiene. Además la tentación para la delincuencia es mayor cuando la gente que entra a un casino, manda un mensaje inconsciente pero implícito con su asistencia, dicen: "tengo mucho dinero como para venir a jugarlo, y quizá esta noche salga con más aún".
Es cierto, cada quien gasta o pierde su dinero como quiere, pero otro problema es que los ricos que asisten, no obtienen de manera muy justa su riqueza y al perder allí su dinero, la tentación por oprimir más a sus empresas, empleados o clientes es mayor, todo para saciar su avaricia o saldar sus deudas. ¿Cuántos patrones, empresarios, ejecutivos, especialistas, conoces que van regularmente a los casinos?
Y los que no tienen tanto dinero, igual van y lo juegan, gana uno rara vez y todos creen que también tarde o temprano ganarán.
Muchos dicen ir a divertirse, pero el estrés que genera perder, o la angustia de no haber ganado, no creo que sea muy liberadora, no es lógico -ni matemático- que siempre que asista al casino, crea que voy a ganar. ¿Por qué siempre ha de divertirnos sólo aquello en lo que hay dinero de por medio, como recompensa?
Imagina todo el bien que podrías hacer con todo el dinero que pierdes jugando... ¿harías mucho verdad? Así sea mucho lo que juegas, o poco, siempre esa cantidad será vital para alguien más, quizá no para ti, pero tal vez para un familiar cercano o para un total desconocido.
Te aseguro que con el dinero que juegas a la semana en un casino, le salvarías la vida a alguien si se lo dieras. Pero creo que a los ricos y jugadores no les resulta tan divertido ayudar a los necesitados y aliviar necesidades -si así fuera no habría pobreza- porque hacer algo útil con su dinero, no les hace "sentir la adrenalina" como lo hacen los juegos de apuestas. Qué tristeza.
Dios va a juzgar a cada quien según sus obras, y cuántas obras se pueden hacer con el dinero que se desperdicia en un casino. Los que juegan, sólo contribuyen a hacer más ricos a los dueños y a que el dinero que circule en ellos, esté cada vez más sucio. Ya sea por el origen del dinero que se apuesta, ya sea por el destino del dinero que se apuesta o ya sea por el medio por el cual se obtuvo el dinero que se apuesta.
Por eso afirmo que mucha de la gente que juega en los casinos, no juega en realidad con su propio dinero, por lo tanto, en cierto modo perdemos todos.
Creo que jugar en los casinos responde a un egoísta y torcido interés por divertirse con lo que nos sobra, que sabemos que a muchos les hace falta. Es algo malvado, como si te causara diversión tirar la comida que tú no quieres, sólo para que otro ya no se la pueda comer.
Pero tienes razón, nadie puede decirte cómo y en dónde perder tu dinero, lo cierto es que todos debemos conocer que hay sólo desventajas en este tipo de "diversión". Ayudar a los demás quizá no sea tan divertido, pero sí te aseguro que es más gratificante. Quizá si ese dinero que juegas, no lo necesitas, te recomiendo que en lugar de buscar la intensidad de los juegos de apuestas, te atrevas a llevar una vida en verdad "extrema" y lo inviertas en salvar o mejorar la vida de aquellos desafortunados que les ha tocado "la de perder".
Está más que comprobado que han sido más los problemas que las ventajas que han traído los casinos a la sociedad, a las familias y a los individuos.
Ayudar a otros creo que es a final de cuentas, lo único que nos hace ganadores ante muchos, pero sobre todo ante Dios. Prueba este nuevo modo de vida y verás que mayor satisfacción, no la encontrarás en otra actividad.
¿Quieres apostar?
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