viernes, 2 de abril de 2010

SI ALGUNO QUIERE…


Estamos en plena semana mayor, tiempo en el cual se recuerda la pasión y muerte de nuestro Señor. Pero diremos algunos –tiempo para meditar y reflexionar el sufrimiento que el Señor pasó por nuestros pecados-.

Cada año muchos cometemos el mismo error de intentar que los demás vivan la semana santa como creemos nosotros se debe vivir, en un ambiente luctuoso y doloso, lleno de reglas absurdas e infructuosas que dicho sea de paso no pidió Jesús… cada quien sabemos cuales.

Mi padre por ejemplo, hizo muchas cosas buenas por muchas personas, sin embargo, cada aniversario luctuoso, nadie se acuerda de él. No por eso voy a llamar a quienes ayudó, para obligarlos a que asistan a su recuerdo y le lloren aun con el pasar de los años; mi papá perfectamente sabía que el bien ha de ser hecho aunque los demás no lo valoren o lo devuelvan, ese es el verdadero mérito de hacer el bien.
Por eso, que se acuerde el que quiera.

A mí que me considero un vacilante discípulo de Jesús, a veces se me olvida que la Buena Nueva es para todos y que cargar la cruz es para el que quiera hacerlo. Pero parece que mi ministerio se rige al revés, es decir, pretendo que todos carguen su cruz y que la Buena Noticia no sea para cualquiera. ¡Qué peligroso!

El llamado a cargar la cruz es personal y voluntario, ¿por qué pretendo que los demás lo hagan también? Me imagino cargando con mi cruz personal y voluntaria siguiendo a Jesús y gritándole a todos los que están muy cómodos de vacaciones que se levanten pues ¡que no ven que nosotros vamos cargando una cruz! ¿Será que me molesta que yo decidí cargar con una cruz y que los demás no se lo tomaron tan en serio?. Pero no debo desvirtuar mi cargada tras Jesús, lloriqueando por que los demás no la cargan como yo quisiera. Creo que Jesús me diría: “Si la vas a cargar así, mejor no la cargues”.

Pero quizá otros sí la cargan y yo no, es sólo que mi definición de “cruz” tal vez no coincide con la de Jesús… Si la “cruz” para mí, son mortificaciones innecesarias y sacrificios sin sentido que no traen bien ni amor o misericordia para los demás, entonces mi definición de “cruz” está mal.
La cruz debe significar todo aquel resultado que trae llevar a cabo lo que Jesús pide y todo aquello que me sucede en este mundo que no puedo controlar y de lo que soy víctima. Por eso la cruz es personal, única e intransferible. Sólo Dios sabe lo que tengo que cargar y si de hecho, la voy cargando.

Entonces, ¿Puedo cargar una cruz, sin que nadie lo note como tal? Sí. Es por eso que la Buena Nueva se anuncia primero y después que se conoce a Jesús, si alguno quiere…

“Luego Jesús les dijo a sus discípulos: Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame. Mateo 16, 24.


¡FELICES PASCUAS!

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